Invención e inversión
General Oct 20, 2020
Rara vez hay un camino recto cuando se convierte una invención en una propiedad comercial y patentada. Desde intentar comercializar una idea subdesarrollada hasta presentar una solicitud de patente provisional mal redactada, hay varios factores que pueden obstaculizar la protección y comercialización de una invención. El Despacho de Abogados Vega y Moreno nos presenta una lista de errores que deben evitarse durante el desarrollo y la protección de su invención.
El principio más valioso en el mundo de las patentes es la regla de oro del silencio. Quizás el logro más significativo de los gigantes multimillonarios Coca-Cola y KFC es el volumen de no divulgación que rodea la mística de sus inventos. “Tres pueden guardar un secreto si dos de ellos están muertos”. Por lo tanto, para evitar el diluvio de información imitada que puede y va a inundar su patente, es mejor mantenerla bajo la tapa. Uno de los criterios para obtener una patente es que un inventor sólo tiene un año a partir de la fecha de divulgación para presentar una patente . Sin embargo, es importante comprender que la divulgación puede limitar los países en los que se puede presentar una solicitud de patente, ya que algunos países no conceden un período de gracia después de la divulgación de la invención. Por lo tanto, si bien se puede divulgar información en memorandos privados, es mejor adherirse a la poderosa palabra no dicha.
Un pensamiento o sugerencia sobre un posible curso de acción simplemente califica como una idea. A menudo se confunde la generalidad de una idea con un invento. Una invención es un producto o proceso bien definido, inmaculadamente matizado y que, a pesar de sus variaciones, se describe en términos distintos y discernibles. Para ser patentable, una invención debe ser “novedosa, tener utilidad y no ser evidente”. Para que se le llame invención, debe haber tomado su pensamiento o sugerencia y convertirla en algo. Es necesario saber cómo aplicar su idea o, al menos, ser capaz de predecir sólidamente el resultado. La ley otorga poca o ninguna protección a las ideas, lo que implica que la circulación sin restricciones o sin protección de las ideas puede impedir que un inventor adquiera una patente frente a un tercero que pueda tener ideas similares en las proximidades del campo de la invención. La madurez de una idea en una invención es, por tanto, clave para adquirir una patente.
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